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Beneficios del alumbrado público LED

Muchas ciudades han optado por sustituir sus antiguas farolas por LED. Estas luminarias montadas en postes vierten un torrente frío de lúmenes y duran el doble que sus contrapartes de vapor de sodio.
También son mucho más eficientes energéticamente, lo que reduce los costos de electricidad y reduce el uso de kilovatios. Eso los hace atractivos para los municipios que buscan reducir los costos de operación y reemplazo de lámparas.
Ahorros de energía
Los ahorros de energía que ofrecen las luces LED de las calles son un punto de venta importante para los municipios y las empresas de servicios públicos que se esfuerzan por reducir los costos operativos. En comparación con las luces de sodio de alta presión (HPS), las luces de calle LED consumen hasta 15 veces menos energía y producen más luz por vatio.
Esto reduce el consumo de electricidad, lo que a su vez reduce las costosas tarifas de los servicios públicos y las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunos municipios ofrecen reembolsos o subvenciones para ayudar a pagar el costo de la conversión a luces LED en las calles.
La distribución mejorada de la luz emitida por las farolas LED también beneficia al medio ambiente y la seguridad. La atenuación puede reducir la contaminación lumínica dañina que afecta a las tortugas marinas que anidan, las aves migratorias y los arrecifes de coral. Los escudos también dirigen la luz hacia abajo, evitando el brillo del cielo y haciendo que el cielo nocturno sea más visible para la vida silvestre. Las farolas LED de color ámbar también son más amigables para las aves y las tortugas, que pueden verse perjudicadas por el exceso de luz azul. También alivian el deslumbramiento en los ojos de los conductores o peatones y son mejores para la salud ocular de todos.
Una vida más larga
La durabilidad de las luces LED para alumbrado público es otro beneficio importante. Están diseñadas para soportar condiciones adversas y no son susceptibles a los mismos problemas de rotura que las bombillas tradicionales.
Además, no producen tanto calor, lo que evita la propagación de gérmenes e insectos. La vida útil más larga también significa menos reparaciones y reemplazos, lo que ahorrará tiempo y dinero.
Además, las luces LED para alumbrado público tienen una mayor tolerancia al calor que las HID, lo que las convierte en una opción ideal para la iluminación de caminos en el desierto. La baja generación de calor también puede ayudar a reducir los efectos negativos de la contaminación lumínica en el cielo nocturno.
Las ciudades pueden obtener ahorros significativos al convertir las farolas de sodio de alta presión existentes a tecnología LED. En algunas ciudades, los costos de electricidad y mantenimiento de las farolas consumen hasta el 5% de los presupuestos municipales. Al implementar LED eficientes, estos municipios pueden redirigir esos recursos a otros servicios necesarios. Para ver cómo puede ahorrar con una conversión de alumbrado público LED, contáctenos para solicitar una evaluación preliminar gratuita y sin presión.
Costos de mantenimiento reducidos
Como se mencionó, el funcionamiento de las luces de la calle puede costar mucho, pero los LED pueden reducir significativamente esa cifra. Sus costos de electricidad reducidos ayudan a los presupuestos de las ciudades que pueden tener dificultades para cubrir sus gastos y mantener los servicios públicos.
Esto es especialmente importante en ciudades que dependen de carbón y petróleo de alto costo. Los costos de mantenimiento reducidos también pueden beneficiar al medio ambiente. La menor energía consumida por el alumbrado público significa menos emisiones de carbono y un planeta más seguro.
En comparación con la farola HID original, los LED tienen un consumo de energía mucho menor y pueden ahorrar hasta un 30 % de su energía. Esto se debe a que utilizan un área de alambre de cobre más pequeña y tienen una conversión de energía más eficiente.
Por lo general, las PCB que controlan los LED son placas de núcleo metálico (MCPCB). Este tipo de placa presenta una capa dieléctrica de epoxi metalizado intercalada entre dos capas de cobre. La capa dieléctrica ayuda a asegurar la conducción térmica y el aislamiento eléctrico entre las dos capas del circuito. El MCPCB también es resistente a las vibraciones e impactos que pueden estar asociados con las luces de la calle.
Menos Tóxico
Muchas ciudades están utilizando farolas LED para ahorrar energía, reducir los costes de mantenimiento y evitar el traspaso de luz. También son más eficientes que las lámparas de descarga de alta intensidad (HID) y producen menos gases de efecto invernadero. Estas lámparas también son más seguras para el medio ambiente ya que no contienen mercurio, que es tóxico para las personas y la vida silvestre.
Sin embargo, algunas ciudades están ignorando las preocupaciones de salud sobre la luz azul brillante de las farolas LED blancas. Estas luces son similares a las que se usan en televisores y computadoras, que han demostrado suprimir la producción de melatonina. Esto puede alterar los ritmos circadianos, provocar insomnio y contribuir a la depresión y otras enfermedades mentales.
La Asociación Internacional del Cielo Oscuro recomienda que las luces LED de las calles tengan un CCT de 3000 K o menos para limitar su efecto sobre las personas y la vida silvestre nocturna. Otras medidas incluyen atenuadores que pueden reducir el brillo, protectores que dirigen la luz hacia abajo y evitan que el cielo brille, y bombillas de color ámbar que limitan la exposición a la dañina luz azul.
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