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Las luces de la calle brindan visibilidad en los espacios públicos, promoviendo la seguridad y la seguridad en la noche. También mejoran la estética de las ciudades y pueblos.
Muchas comunidades están recurriendo al alumbrado público LED para reducir los costos de energía y los requisitos de mantenimiento. Sin embargo, algunos LED blancos tienen un alto contenido de azul que puede causar incomodidad y deslumbramiento.
Eficiencia energética
El alumbrado público es fundamental para mantener iluminadas las carreteras, los caminos y los espacios públicos durante la noche. Sin embargo, pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente si no se mantienen y reemplazan adecuadamente.
Al convertir las luces de las calles existentes en LED, los ayuntamientos pueden lograr ahorros de energía significativos a través de la reducción del uso de kilovatios. Según el tipo de dispositivo instalado y la estrategia de atenuación empleada, los LED pueden reducir el uso de kilovatios entre un 50 y un 65 por ciento.
La luz más natural emitida por los LED también ayuda a mejorar la reproducción cromática de las superficies de las carreteras y los objetos, haciéndolos más fáciles de ver para los peatones y los conductores. Esto es especialmente útil en áreas con una alta concentración de tráfico y estacionamientos.
Por último, los LED no contienen sustancias químicas tóxicas como el mercurio, que se encuentran en la iluminación HID exterior tradicional (como el sodio a alta presión y el vapor de mercurio). Esto los hace más seguros para el medio ambiente, para las personas y para las mascotas y la vida silvestre que puedan entrar en contacto con ellos.
Larga vida útil
La larga vida útil de las farolas LED reduce los costos de energía y mantenimiento. También aumenta la seguridad de los peatones y vehículos durante la noche. Ayuda a disuadir actividades delictivas como el vandalismo y el robo.
Los LED son más duraderos y duran el doble que las farolas HPS. Son una opción más segura para el medio ambiente ya que no contienen mercurio y emiten una luz azul menos dañina que suprime el ritmo circadiano de una persona.
También se encienden de inmediato y pueden controlarse mediante sensores de ocupación para garantizar que solo iluminen los espacios ocupados. Esto elimina el desperdicio de ciclos de calentamiento y enfriamiento.
invertir en farolas LED puede ayudar a reducir los costos de electricidad y mantenimiento hasta en un 65%. Esto permite a las ciudades ahorrar dinero y gastarlo en otros servicios. Esto es especialmente importante para los municipios de los países en desarrollo que enfrentan altas facturas de servicios públicos. Es posible instalar estas luces sin necesidad de cables enterrados y rectificadores. Son fáciles de anidar en farolas existentes.
Bajos costos de mantenimiento
Las luces de calle LED usan menos energía que las lámparas de sodio de alta presión a las que reemplazan, lo que reduce los costos de electricidad. Además, los LED producen una luz más brillante a temperaturas más bajas que sus predecesores.
Esto significa que es necesario reemplazar menos bombillas, lo que reduce aún más los gastos de mantenimiento. Los LED también cuentan con un disipador de calor, que ayuda a mantener las luces frías y reduce el riesgo de fallas por sobrecalentamiento.
PBOT recibió algunos comentarios de los residentes de que las luces eran demasiado brillantes, por lo que configuró los nuevos accesorios ECobra en su nivel de salida más bajo. Esta es una buena manera de evitar los problemas asociados con la iluminación de alta intensidad, como el brillo del cielo, que puede alterar los ritmos circadianos naturales y causar trastornos del sueño.
Las facturas de servicios públicos de la ciudad serán significativamente más bajas después del cambio a LED, lo que reducirá aún más los costos de mantenimiento. Los nuevos LED consumen 29 W, una reducción de potencia del 75 por ciento con respecto a las luces HPS de 118 W. Los LED también requerirán menos bombillas de reemplazo, que anteriormente se reemplazaban en un programa de cinco años.
Contaminación lumínica reducida
Los LED utilizan hasta un 60 % menos de energía que las farolas tradicionales de sodio de alta presión. Esto reduce su factura de electricidad y también reduce las emisiones de carbono.
Pero no todos los LED son iguales. Algunos emiten demasiada luz azul, lo que puede tener un impacto negativo en las personas y la vida silvestre. La contaminación lumínica altera los patrones de sueño circadianos, puede dificultar la concentración en los objetos y puede ser dañina para las criaturas nocturnas. Es especialmente problemático para los astrónomos que dependen de cielos despejados para realizar sus investigaciones.
Para evitar esto, los expertos han adaptado el alumbrado público LED para que los rayos se concentren en el pavimento y la carretera en lugar de en el cielo. Esto ayuda a prevenir la contaminación por luz azul que era un problema con las farolas anteriores y podría tener efectos negativos para la salud.
