La invención de la lámpara halógena de tungsteno en 1959 llevó la tecnología de las lámparas incandescentes a un nuevo nivel y aumentó la vida útil de la lámpara incandescente. En comparación con la lámpara incandescente sin halógenos de la misma potencia nominal, la lámpara halógena de tungsteno es mucho más pequeña y permite la carga.
En gases más pesados (más caros) a presiones más altas, estos cambios pueden prolongar la vida o mejorar la eficacia luminosa. Del mismo modo, las lámparas halógenas de tungsteno también se pueden conectar directamente a la fuente de alimentación sin necesidad de un circuito de control.
La vida útil de una lámpara incandescente ordinaria es de 1000 horas, y la lámpara halógena de tungsteno es la mitad más larga que ella, y la eficiencia luminosa aumenta en un 30%. Las lámparas halógenas de tungsteno se utilizan ampliamente en la iluminación de vehículos de motor, sistemas de proyección, focos especiales, iluminación de inundación de bajo costo, danza
Iluminación de escenarios y estudios y otras ocasiones en las que se requiere compacidad, comodidad y buen rendimiento con respecto a las lámparas incandescentes no halógenas.